Preguntando Correctamente
Las preguntas que ayudan a la comprensión se plantean con honestidad pero nunca van encaminadas a impresionar o derrumbar a los demás. Hacer preguntas espectaculares o abrumadoras no ayuda en nada a la comprensión, si es que estamos interesados en ella.
Haz tus preguntas sin desafiar. Si no entiendes lo que ha dicho el que habla, no lo desafíes. Es mejor decir: «En otras palabras, usted piensa ...?» Si estás equivocado tu interlocutor te corregirá con buenos modos.
No preguntes para señalar los errores del otro. Es inútil evidenciar los errores ajenos con nuestras preguntas. Sólo las preguntas creativas sirven al que las hace. Antes de atacar las creencias ajenas con tus preguntas, aprende a basar mejor tus propias creencias.
Plantea preguntas, pero no cuestiones. A nadie le gusta que le cuestionen. «¿Y usted cómo sabe eso?» es una manera de preguntar insolente. Preguntar correctamente es algo completamente distinto. Cuanto menos personales sean tus preguntas, mejor. Formúlalas con el mayor grado posible de impersonalidad y respeto.
No temas hacer preguntas. Notarás que puedes aprender tanto de quienes no quieren ser interrogados como de quienes disfrutan con las preguntas.
Observa la actitud al interrogar y atiende a las maneras de preguntar de otras personas. Permanece atento y detecta a las preguntas impertinentes que otros realizan. Atiende a las preguntas para distinguir cuáles se plantean para obtener información y cuáles se plantean como críticas solapadas.
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