Pizarrón o Pizarra
Una conferencia sencilla o simple podría ser con el pizarrón y tizas tradicionales. Los avances tecnológicos en las modernas capacidades de proyección han disminuido gradualmente el respeto al pizarrón que quizá sea la herramienta más efectiva de enseñanza.
Muy pocos dictantes lo utilizan y aquellos que lo hacen lo aprovechan muy poco. Sin embargo, aquellos que como yo, crecieron con el pizarrón tradicional, recuerdan vívidamente como teníamos que esforzarnos para seguir al profesor que escribía ecuaciones y dibujaba diagramas complejos en el pizarrón y al mismo tiempo, tratar de copiar esa preciosa información en nuestros cuadernos.
No creo que el Dr. Cabral hubiera cambiado su pizarrón por un proyector de data del siglo XXI. ¡Un pase rápido con el borrador y el conocimiento escrito en el pizarrón se perdía para siempre! Pero no, no se perdía, pues todavía lo recuerdo, aunque el Dr. Cabral insistía en decir que la anatomía 80 veces se estudia y 80 veces se olvida.
El pizarrón hace que nosotros nos esforcemos en el proceso de aprendizaje y nos hace participantes activos en el salón de clases. La creación de diagramas o de textos frente a nuestros ojos por un dictante que se mueve frente a una pizarra y al mismo tiempo dirigiéndose al auditorio, provee una experiencia más dinámica que simplemente ver aparecer la imagen en la pantalla.
Claro, sé que el pizarrón tiene sus desventajas. Es menos fantástico, menos estético y menos conveniente que las diapositivas y las modernas presentaciones electrónicas. Pero más que cualquier otra ayuda visual, obliga a una atención más activa por parte del auditorio.
Considero pues al pizarrón una herramienta de enseñanza muy poderosa.
Usted puede utilizar efectivamente el pizarrón en combinación con las diapositivas y los folletos de mano. Un esquema de la presentación escrito en el pizarrón, puede ayudar al auditorio a seguir paso a paso la conferencia, a medida que ésta se desarrolla. Igualmente, un diagrama referente a la presentación dibujado en el pizarrón, sirve de punto de referencia al cual se puede dirigir el auditorio en cualquier momento.
Cuando se utilice el pizarrón en combinación con diapositivas o transparencias de retroproyector, asegúrese que la pantalla no lo cubra y que esté visible todo el tiempo. Recuerde prender las luces del salón cada vez que se requiera que la atención se dirija al pizarrón.
Con los nuevas pizarras blancas me gusta proyectar las diapositivas y escribir sobre ellas. En otras ocasiones he proyectado una diapositiva clínica y he dibujado un esquema de lo proyectado. (esta técnica la aprendí de mi hermana Carmen quien es arquitecta)
Ahora bien, recuerde no pararse frente al pizarrón tapando la información que se discute mientras escribe. Hacer esto es lo mismo que cuando su tío Felipe de Nueva York se para frente al televisor en el mismo momento que Sammy Sosa está sacando la pelota por tercera vez en un juego de grandes ligas.
El pizarrón puede ser una herramienta de enseñanza muy efectiva si se combina con impresos de mano u hojas sueltas. Una vez en una de mis clases de administración de consultorios utilicé un folleto de mano que tenía un diagrama vacío que mostraba un plano de la planta física de un consultorio con sus diferentes áreas. Hicimos el simulacro de un tratamiento y fuimos trazando, quien escribe, en el pizarrón y los estudiantes en el diagrama, en el papel, un bosquejo de flujo de tráfico tanto del operador, el paciente y las asistentes. Fue una experiencia muy didáctica.
No existe mejor forma de enseñanza que aquella que involucra a los estudiantes en el proceso de la adquisición de conocimiento.
Cualquier dictante puede dar una conferencia pero se necesita de un maestro para utilizar el pizarrón efectivamente.
Las diapositivas nos proyectan la información en su totalidad, pero el generar texto y diagramas en el pizarrón requiere de pensamiento activo, disciplina intelectual y una mente organizada. Quizás yo respeto al pizarrón debido a que es el cerebro y no el proyector, quien produce la información.
El pizarrón es más efectivo en salones pequeños. Estos pueden estar montados en caballetes y no pegados a la pared, aunque ofrecen menos espacio de escritura que el pegado a la pared, son más fáciles de transportar y ocupan menos espacio. Su uso en salones grandes compromete la visibilidad.
Las diapositivas son necesarias, no todos tenemos el arte y el cerebro del Dr. Mairení Cabral; aparte de que hay información que es imposible presentarla en el pizarrón como por ejemplo, las fotos clínicas.
Considero que el “anticuado” pizarrón, su contraparte moderna la pizarra blanca con sus marcadores o la más actualizada pizarra electrónica interactiva todavía juegan un papel de apoyo importante en el drama de la presentación científica, académica o de negocios.
El uso moderado de todos los recursos disponibles optimiza nuestro éxito. Esto es particularmente verdad en el caso de las ayudas visuales durante una presentación, “Las cosas buenas deben tomarse con moderación, incluso la moderación”, como todo en la vida.
2 comentarios
matias -
Luis José González -