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Comunicación con Poder...y Punto

MANEJO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS PACIENTES EN LA ODONTOPEDIATRIA 3

MANEJO DEL COMPORTAMIENTO DE LOS PACIENTES EN LA ODONTOPEDIATRIA 3 Técnicas de Manejo

Para el niño psicológicamente normal existen diferentes tipos de acercamientos para contrarrestar el temor y la ansiedad.

Estas técnicas son :

A- Fuerza:

Este acercamiento está contraindicado. El problema no consiste solamente en hacer el trabajo dental programado para ese día, sino en lograr que el niño acepte el tratamiento.

B- Negación:

Negarle al niño el hecho de que tiene miedo está contraindicado, porque tiende a reprimirlo, en vez de eliminarlo. La negación contradice el testimonio verbal y la experiencia real creándole un estado de confusión. Es mejor que los padres y el dentista admitan y expresen que ello también se asustaron en ocasiones similares. Así el niño se percibe como uno de tantos, en vez de verse como un cobarde aislado.

C- Sentido de Seguridad:

La seguridad del niño se asocia íntimamente a los padres, cuya presencia en la operatoria depende de la edad y disposición del niño. Conviene que el niño no se sienta abandonado por quienes le inspiran seguridad y protección.

D- Distracción:

Hablarle al paciente de cosas que lo distraigan resulta eficaz.  Personalmente me ha resultado bien, sobre todo con pacientes preescolares.  La música y las películas proveen buena distracción.

E- Condicionamiento Positivo:

Consiste en asociar la experiencia que el niño rechaza con algo que le agrade y acepte. Se pueden utilizar objetos como globos y juguetes diversos. El condicionamiento positivo también se puede lograr tratando al niño con cordialidad y respeto.  El dentista debe dejarle saber que le agrada, como medio de satisfacción simbólica que propicie la aceptación emocional del tratamiento.

F- Familiarización:

La exploración preliminar de la experiencia permite que el individuo desarrolle actitudes de aceptación emocional.  Lo desconocido causa miedo.  La familiarización alivia este sentir. Una forma de practicarla es que los padres hagan el papel del dentista con sus hijos antes de acudir a la cita.

G- Imitación Social:

Es una forma de familiarización.  Es, probablemente, el método más eficaz para que el niño acepte el tratamiento. Se puede practicar, por ejemplo, llevando al niño a la cita dental de su padre como observador durante la operatoria. Películas escolares que presenten la odontología en acción con niños ayudan a lograr una preparación favorable.

H- Técnica de la mano sobre la boca:

El propósito de la técnica es ganar la atención del paciente para lograr establecer buena comunicación y conseguir que coopere para un tratamiento eficaz y seguro. Generalmente, se aplica la técnica a niños que lloran a gritos y se resisten a entrar al cuarto de trabajo. Un rápido análisis de la situación puede reflejar excesiva sobreindulgencia o miedo exagerado debido a experiencias anteriores.  Conviene aclararle a los padres que hará al niño lo necesario.  Con seguridad y firmeza, el dentista deberá, si fuera necesario, cargar al niño e introducirlo al consultorio acompañado. Colocado ya en el sillón dental, se le advierte que si no modera su actitud la madre tendrá que salir y se le advierte a ella que deberá abandonar el cuarto sin titubeo cuando se le pida.  En ciertos casos esto basta para que el niño reaccione y se logre alguna comunicación. Sin embargo, algunos pacientes responden negativamente, dando gritos histéricos que impiden la conversación.  Al retirarse el acompañante, la asistente ayuda a inmovilizar al paciente, para evitar que se golpee, y se le cubre la boca con la mano explicándole al mismo tiempo, con voz segura, pero sin asomo de mal humor, que no se trata de un castigo, sino de un recurso para que pueda oír lo que se le dice.  Se le aclara que tan pronto deje de llorar se le retirará la mano.  Cuando se establece la comunicación con el paciente, se inicia el proceso de familiarización con el ambiente dental. Realmente no estamos de acuerdo con el uso de esta técnica pues de alguna forma implica castigo y algo de violencia. Sin embargo, sorprende que los niños sometidos a estas medidas restrictivas tienden a convertirse en paciente ideales y aún en amigos del dentista. 

Este procedimiento debe utilizarse como último recurso.  No es necesario repetirlo más de una o dos veces, pues, si no da resultados rápidamente, podría suscitar daños emocionales. Familiarizar al niño con lo que tanto teme, y el hecho de que él se percate de que se le hará el trabajo de cualquier modo, propicia, casi invariablemente, mayor cooperación en citas posteriores.  Una actitud cariñosa y amigable, por parte del odontólogo al terminar la cita, no importa cuan hostil haya sido la conducta del niño, lo convence  de que no se le castigó, sino que se obró para su bien.

I- Técnica de Decir-Enseñar-Hacer:

Aunque la hemos dejado de último esta técnica (técnica de Addelston) es la que más se utiliza en el manejo del paciente pediátrico.Mediante este método el niño aprende, con la guía del dentista, a aceptar y aún a disfrutar los procedimientos odontológicos. La primera cita ofrece la oportunidad de iniciar el uso de esta técnica. En esta ocasión el odontólogo va a la sala de espera a recibir al paciente. Se dirige a él por su nombre, que conoce por su expediente clínico, sin demostrar excesiva confianza. La ocasión es propicia para determinar si el niño tiene miedo exagerado y averiguar, a través de los padres y sus actitudes, la causa.  El mismo paciente manifiesta, con su comportamiento, el grado de su aprensión. Cuando se conoce el motivo, es más fácil tratar de suprimir el temor.

Seguidamente se introduce al paciente al cuarto de trabajo y se le acomoda en el sillón dental. Se le familiariza con todo el equipo y con los movimientos del sillón, el encendido de la luz o cualquier maniobra.  La demostración se inicia con el examen clínico, usando solamente las manos para separar los labios y la cavidad bucal.  Luego se le explica el uso de los instrumentos mediante la técnica de ‘' decir, enseñar, hacer ‘'.  Así, se le dice que el espejo sirve para ver dentro de la boca sin hacerle daño. Se muestra primero la mano del odontólogo y en la del niño después, advirtiéndole que no lo lastimará.  Se lleva inmediatamente a la cavidad bucal, en una secuencia rápida, pero delicada. Se le explica que el explorador sirve para contar los huequitos de los dientes, demostrándole en la uña del operador y del paciente, antes de llevarlo a la boca.

En esta forma se brega con cada uno de los instrumentos que se utilizarán en el examen, como la pinza de algodón, y las jeringas de agua y aire,  dándole oportunidad al niño de que los haga funcionar. Incluso se le muestra la baja velocidad, enseñándole cómo puede echarse a andar o detenerse a voluntad.  La turbina de alta velocidad se le muestra después de contarle que hará ruido, botará aire y agua.  También se le dice que se empleará en una cita posterior.  Cuando llegue el momento, debe realizarse el tratamiento desde lo más sencillo a lo más complicado para que el paciente continúe su aprendizaje.

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