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La Hora de la Conferencia

La Hora de la Conferencia

Es muy probable que cada conferencia que usted imparta en su vida esté dentro del horario de otras personas.  Usted es invitado a dar una conferencia a una hora específica o en una fecha determinada.  Esto está fuera de su control. Asista y presente su conferencia, pues no tiene otro remedio. 

Sin embargo, podría ocurrir la ocasión donde usted tiene algo de dominio en el horario de su presentación.  Usted está ahora en control, y claro está, la hora del día importa.  

Piense sobre las conferencias que usted ha asistido inmediatamente después de la hora de almuerzo. ¿Cuántas personas dormitaron? ¿Cuántas tuvieron que hacer grandes esfuerzos para no cerrar los ojos? No fue porque ellas estaban aburridas o desinteresadas.  Después del almuerzo es la hora más terrible para presentar una conferencia o cualquier cosa debido a que es el tiempo en que la mayoría de los ritmos de las personas han descendido a su punto más bajo.  El echar una pavita o siestecita es una reacción natural a estar sentado quieto después de una comida, especialmente si el salón se encuentra fresco y con poca luz. 

Si  obligatoriamente tiene que dar una conferencia después del almuerzo “le mataron el gallo en la funda”. Eso es debido a que su auditorio estará utilizando toda su energía en su digestión, la cual le quita energía al cerebro.   Usted verá muchos bostezos y cabeceos en los miembros de su auditorio. Estarán  perezosos y asueñados, y dependiendo de la cantidad de cafeína y alcohol que han consumido, su humor puede ir desde ansioso e inquieto hasta irritable, impaciente y malhumorado.  

Eso no es lo que usted quiere en un auditorio. Un horario igualmente malo es la media tarde, especialmente de 4 p.m. a 5 p.m.  Durante esta fase del ciclo vital del cuerpo humano, el hígado se encuentra a su nivel más bajo de funcionamiento.  Muchas personas se encuentran anhelando café, dulces, o alcohol; y generalmente están a menudo malhumorados, fuera de sus casillas, y deseando estar en otro sitio.

Realmente no desean estar escuchándole. A no ser que su conferencia incluya mucha interacción, movimiento, humor y animación, evite, si puede, hacer una presentación de sobremesa o a media tarde de una conferencia. 

¿Cuál es la mejor hora del día para una conferencia?  

Mientras todos nosotros diferimos en algún grado en nuestro ritmos corporales, la mayoría de las personas tienen más posibilidad de estar alertas y deseosas de absorber información en el horario de 9 a.m. a 11 a.m.  Este horario es lo suficientemente alejado del desayuno para evitar el robo de energía del proceso digestivo, está antes de que el hambre aleje las mentes del auditorio con respecto al dictante, y es lo suficientemente temprano en el día para que las personas se sientan cansadas o estropeadas y sientan calambres en las posaderas. 

Podría haber individuos que no les importa, o que disfrutan una conferencia o curso de ocho horas, pero la mayoría de nosotros sentimos que una jornada completa de ocho horas de presentaciones es demasiado.  Si usted está comprometido en una actividad de todo un día, es muy probable, a no ser que usted esté impartiendo un curso o entrenamiento, que usted sea uno de varios dictantes.  

Trate lo mejor posible de que le asignen el horario de 9 a.m. a 11 a.m.  Si eso falla, trate por la tanda de inicio de la mañana.  Usted podría perder a los dormilones y tardíos o aquellos que se quedaron un poquito mas de la cuenta en el bar del hotel la noche anterior  y todavía sienten los efectos de la mala noche; pero es más placentero que la tanda de la tarde. 

Si a usted absolutamente no le queda más remedio que presentar en la tanda de la tarde, y si lo que usted va a presentar es algo pesado que requiere concentración de parte de su auditorio, incluya uno o dos recesos dentro de su plan de presentación.  Esto es especialmente cierto para cualquier  conferencia o presentación científica de dos horas o más sin importar la hora del día. Por lo menos un receso es  esencial para la tanda de la tarde. 

El receso deberá estar en un punto lógico dentro de su material de presentación. Puede ser tan simple como una oportunidad para que usted y su auditorio pueda pararse y estirarse, ir al sanitario, o tomar agua. 

Mientras las conferencias después del almuerzo tienen todas las de perder, las conferencias después de una cena pueden tomar cualquier vía. Si la comida es fuerte y tarde, y su conferencia está programada durante el postre y el café, muy probablemente perderá a su auditorio.  Por otro lado, si es un evento social, alegre y su conferencia es divertida y entretenida, tiene usted muchos chances de mantener a su auditorio. 

Día de la Semana 

Aquí también  podría no tener control sobre la fecha de la presentación de su conferencia.  El sacerdote necesariamente tiene que hablar los domingos.  Si su grupo de estudios o sociedad especializada se reúne los martes en la noche y es a usted quien le toca hablar, pues martes, es.  

Si la asociación de padres del colegio de sus hijos se reúne los lunes y lo invitan, entonces usted presentará su conferencia el lunes. Algunos días de la semana y algunas épocas del año son peores que otras a la hora de hacer una presentación de una conferencia, especialmente una conferencia a un auditorio cautivo. 

  • ¿Viernes en la tarde antes de un fin de semana largo?, malísimo.
 
  • ¿Lunes en la mañana?, olvídese.
 
  • ¿Lunes?, nunca.

 Otros días que podrían no ser buenos para hacer una conferencia importante incluyen: 

 

  • ¿La tarde antes de un día de fiesta?, ni de juego.
 
  • ¿Cualquier día durante las vacaciones de Navidad?, las mentes de las personas no están en eso.
 
  • ¿Durante la Semana Santa?, podría ofender a alguien.

Las presentaciones de conferencias hechas los viernes en la tarde corren el riesgo de perder la atención del auditorio. Es de humanos por parte de los participantes dejar que sus mentes vaguen pensando en las actividades del fin de semana que se aproxima.  

Durante los cursos largos de fin de semana es muy frecuente ver como las personas se van retirando temprano, muchas porque viven en el interior del  país y otras por las diversas actividades del fin de semana. 

Según mi experiencia los mejores días son los miércoles y jueves, a cualquier hora del día.

Si tiene necesariamente que presentar un lunes, tómese un calmante.

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